Un final fantástico para una carrera que merece muchas sonrisas. 12 vueltas dignas de enfrentamientos de valientes. Historia y agradecimientos por doquier.
Fernando saltó a la pista de Imola conciente de sus limitaciones, dosificó el desgaste de sus gomas y las revoluciones del R25. Delante de él, Kimmy parecía reencontrar la pasión del equipo de Bruce McLaren por la primera posición de la grilla, pero 8 vueltas y un sistema de transmisión poco fiable, fueron suficientes para detener el grito gloria. Fernando intentó mantener el ritmo de Kimmy pero era verdaderamente fuerte, al punto de descontarle entre 2 y 4 décimas por vuelta. El tercer sector era incontrolable para Alonso y las 5 décimas que Kimmy agrego a su cronometro en la Qualy, pesaban giro tras giro. Detrás de este par que debutara en 2001 (uno con Sauber y el otro con Minardi), Jenson hacia lo que podía y el resto rodaba al ritmo de los Toyota.
Luego de la novena vuelta, la carrera parecía sentenciada, Jenson que continuaba haciendo lo que podía, precedía a un grupo homogéneo sin demasiado para dar pero mucho que cuidar. Fisico se despidió pronto, David y Felipe se encontraron un par de veces en Tossa y nos recordaron las lecciones básicas del cuidado de la línea interna en los adelantamientos y los buenos modales del conductor moderno. Por su parte, Michael parecía inmutable desde la posición 13 de la grilla, posición a la que fue enviado luego de su espectacular despiste en Rivassa. Pero Imola estaba para grandes cosas y las paradas en pits mostraron lo fuerte de las estrategias de los Renault, los McLaren y los Ferrari. De repente Alexander peleaba podio, Michael decía no estar de acuerdo con los vaticinios de Nick Fry y Alonso apuraba su paso tanto como podía.
Ross Brawn decía al inicio de la temporada que las tandas largas irían en detrimento del Ferrari N°1 (quien a su juicio, era espectacularmente veloz y constante con tandas cortas). Pero que lejos esta Imola de ser evidencia científica para su hipótesis. Luego de dejar la posición 13 en la que largó, Michael realizó una tanda maravillosa, llena de vida, magia y amor propio; una tanda perfecta vuelta tras vuelta. No solo era su velocidad (que le valió para la mejor vuelta de carrera), era su hambre, su talento, su estirpe de campeón. Que lección de inteligencia y coraje en la doble chicanne de la variante alta para superar al BAR y continuar su camino.
12 Vueltas
Michael llega al alerón de Fernando con una sucesión envidiable de vueltas rápidas. Firme y seguro, de nuevo busca la oportunidad. Su fe es fuerte y sabe que es por mucho, más rápido. Lo intenta una y otra vez ... una y otra vez ... una y otra vez. El duelo que por fin fue, por un lado el empeño del alemán y por otro, la conducción perfecta, precisa y moderada del Español. Fernando sabía perfectamente que no podía resistir un ataque en la recta. Siempre frenó temprano, retrasó a Michael y aprovecho toda la tracción del R25 ... y al igual que Michael, lo hizo una y otra vez. Nadie podrá decir jamás que su conducción fue defensiva, pues si bien alteró su secuencia de aceleración y desaceleración, nunca cambió su línea ideal de carrera y continuo utilizando el ancho de pista de la misma forma en que lo hizo desde la primera vuelta. Fue un espectáculo. 15 minutos para aprender de dos apasionados. 250 milésimas de amor propio.
Lo que viene
España es una caja de sorpresas, no importa cuanto pruebes aquí, no importa si tienes el record de pista, no importa si fuiste más rápido 15 días atrás en las libres. Cuando las gomas pisan el asfalto de Montmello sabes que acabas de empezar de cero. Renault, Ferrari y McLaren deberían estar adelante. Una bonita pelea de seguro.
El mundial
Fernando no va a ganar todas las carreras, Fisico no se tendrá que retirar antes de la mitad de las pruebas, Michael no bloqueará sus frenos en las clasificaciones y Rubens tendrá un auto que no es de pruebas. McLaren no regalará siempre las poles (Kimmi las transformara en Champaña) y Juan volverá.
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