Fernando arranca como su manual le indica y Jarno preocupa al campeón al tomar la primera curva pero Michael, aunque apurado, resuelve con seguridad. El Ferrari no se separa del Renault y por primera vez en la temporada alguien pone presión a los de amarillo y azul. Presagios de un buen combate, adrenalina reprimida, apuestas sobre el nivel del tanque que van y vienen y ... la carrera por la punta termina en la vuelta doce por una falla en la caja del #1. De ahí en más, aun cuando Trully tenga todas las mejores intenciones de mostrarle otro tipo de rojo al Asturiano, su pace, insisto, no es suficiente en carrera.
Mark que se despista, Nick a pensar en Tamburello y Fisico que da esperanzas al resto de quipos. Kimi y Pedro volando y pagando el precio de la incapacidad del West McLaren Mercedes para poner sus coches “adelante” en una grilla de partida. Felipe que avergüenza a Jacques y David que hace lo propio con Rubens. Al final, una pelea que no fue pero que ya vendrá, la Marsellesa que vuela campante por la tarde del desierto y una sola convicción.
If you want it you got to believe, Believe in yourself...y es eso lo que está haciendo el equipo de Enstone, creer. Creer que no es suficiente con estar en la máxima categoría, que el podio solo tiene un lugar más alto que el resto, creer que se puede ganar. Hasta la fecha, el retorno a la F1 le ha significado a Renault 5 victorias, 3 de las cuales se han conseguido esta temporada. Su espíritu está en lo más alto y se alimenta de los más finos trazos de su chasis. El futuro, sin duda alguna, es acogedor, pero el mundial es largo y solo ganan quienes saben administrar sus fuerzas en los momentos de ventaja y desventaja. Nunca el mundial ha premiado el talento más allá de la dedicación y el esfuerzo constante. El mundial es largo...muy largo.
Sería un error pensar que el Ferrari está acabado. Lejos está la pista en la que los campeones del mundo no salgan a pelear una carrera. Su naturaleza es esa, son ganadores y lo saben. Es posible que hayan perdido el momento, pero su velocidad está ahí, tal y como puede dar fe su F2005.
Lo que viene
Imola es por definición un circuito de carga aerodinámica media, estrecho, en el que son particularmente difíciles los adelantamientos y el uso de los pianos es imprescindible para sacar una vuelta ganadora. Este es uno de esos circuito con más historia que fantasía, fue aquí donde Ayrton marcó su última pole y trágicamente falleció en la cúspide de su gloria, fue aquí donde Ralf cobró su primera victoria luego de una partida espectacular rebasando a dos flechas plateadas, fue aquí donde Jenson Button logró el año pasado su primera pole con una vuelta fantástica que le valió para acompañar a Michael y a Juan Pablo en el podio.
Imola será el primer examen en firme a las expectativas de campeonato de los cinco equipos (Renault, Toyota, Mclaren, Williams y Ferrari) y su resultado proveerá de pistas claras sobre el futuro de la máxima categoría. Tres aspectos para tener en cuenta. Primero, una menor temperatura en la pista que hace suponer un mejor desempeño de las Bridgeston. Segundo, un circuito más lento y trabado que sus predecesores (ideal para construcciones de chasis mas finas y eficientes como las de Renault y McLaren), que posiblemente paren ese ritmo demoledor del equipo de Colonia en las tandas de clasificación. Tercero, un F2005 “terminado” buscando con hambre y empeño el honor que reclaman los Tifosi. Y es que tan solo el nombre del autodromo pone presión sobre el emblema Amarillo y negro... Autodromo Enzo e Dino Ferrari.
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